¿Qué es el Botox y cómo reduce las arrugas?

¿Sabes qué es el Botox?

La toxina botulínica, comúnmente conocida como Botox (nombre comercial de una marca registrada), es uno de los tratamientos más usados para tratar las arrugas de expresión del rostro.  Tanto mujeres como hombres la utilizan.

En este artículo te contaremos qué es el Botox y sus beneficios, y aclararemos algunas dudas sobre su uso y riesgos. Lo primero que debes saber es que el Botox es una toxina botulínica, es decir, un tratamiento que relaja los músculos para que no se contraigan. De esta manera, se evita la marcación de arrugas. El Botox es la marca más famosa de este tipo de tratamiento en antiarrugas y es la que utilizamos en Cliniq.

¿Cómo actúa la toxina botulínica?

Las arrugas faciales del tercio superior del rostro: frente, línea de implantación del cuero cabelludo, entrecejo y lo que comúnmente conocemos como patas de gallina, se generan principalmente por la contracción de los músculos al gesticular, como cuando subimos las cejas, juntamos el entrecejo o sonreímos.

Estas arrugas se denominan líneas o arrugas dinámicas porque solo se producen con la contracción del músculo, pero al gesticular repetidamente y por largos periodos en nuestras vidas, esas líneas se quedan marcadas en nuestros rostros así no gesticulemos. Esto es lo que se quiere no solo evitar, sino también tratar con la inyección de Botox.

Estas aplicaciones médicas se realizan inyectado con una aguja muy pequeña, su efecto causa una relajación de los músculos para que se conserven las expresiones naturales de nuestro rostro, pero sin marcar las arrugas como cuando gesticulamos. Generalmente se aplica en la frente, el entrecejo y las “patas de gallina”. Sin embargo, en casos muy particulares, se puede aplicar en la parte baja del rostro y el cuello.

Botox: ¿Cuánto dura?

El efecto del Botox comienza a ser visible de 3 a 5 días después de su aplicación, a medida que pasan los días empezamos a notar que ya no se contraen los músculos de la manera fuerte a la que estábamos acostumbrados. Estos cambios son graduales y se van dando cada vez más hasta los 15 días después del tratamiento, que es cuando el efecto se completa.

El efecto del Botox tiene una duración de entre 4 y 6 meses, pero también depende de cada paciente. Por ejemplo, en los deportistas de alto rendimiento el efecto puede tener una duración menor porque son pacientes que gesticulan mucho debido a las actividades que realizan. Mientras el rostro gesticule menos, el efecto tiene una mayor duración. De acuerdo con lo anterior, y tratándose de un tratamiento que tiene resultados diferentes en cada persona, hay pacientes que se aplican Botox una vez al año, otros dos veces al año y otros tres veces.

¿A qué edad se puede iniciar con el tratamiento de Botox?

La toxina botulínica no tiene una edad para aplicarse, la idea es buscar el momento perfecto para empezar a hacer una prevención del envejecimiento o hacer un rejuvenecimiento.

Hay pacientes de 25 años que gesticulan mucho y que, aunque son jóvenes, ya empiezan a marcar las arrugas de expresión. Por otro lado, hay pacientes de 55 años que gesticulan muy poco y tienen líneas de expresión muy finas, por lo que apenas van a empezar el tratamiento. En Cliniq solo realizamos este procedimiento a mayores de edad con previa valoración médica.

¿El Botox genera deformidades o grumos?

El Botox no es un relleno y no genera volumen en el rostro. Como lo explicamos anteriormente, el Botox es un relajante muscular y por esta razón no genera bolas, dolores de cabeza, deformidades, parálisis muscular, enfermedades neurológicas o grumos. Este tipo de malos resultados no son un efecto causado por la toxina botulínica.

Otra razón para estar seguros de que este tipo de deformidades no fueron causadas por las inyecciones de toxina botulínica es por la duración de su efecto: entre 4 y 6 meses, mientras que los abultamientos o grumos suelen durar más tiempo o incluso ser permanentes.

Con el tratamiento de Botox lo que sí se puede generar es el efecto conocido como “cara congelada”, efecto que se logra de manera intencional cuando el paciente lo desea, y que se consigue aplicando una concentración más alta del tratamiento de la necesaria. Este efecto no es muy recomendado porque no genera resultados naturales en las expresiones del rostro.

¿En qué otras zonas se puede aplicar Botox?

El Botox no se aplica directamente en los labios porque no es un relleno y no da volumen, pero si se puede aplicar cuando existe en el paciente una condición llamada sonrisa gingival, que es cuando al sonreír se puede ver la parte superior de la encía; en este caso el Botox ayuda a relajar el músculo del labio superior para que no suba tanto.

Una segunda condición es la que conocemos como “códigos de barras” o “arrugas de los fumadores”, que son todas aquellas líneas verticales que se marcan en la zona del bigote. En este caso, también se pueden aplicar pequeñas cantidades de Botox para disminuir la fuerza del músculo que marca esas arrugas.

Otra excepción es cuando el paciente tiene bruxismo, ya que el Botox relaja el músculo masetero para que haga menos fuerza y ayude a disminuir el desgaste de los dientes.

También es posible aplicar Botox en el cuello, cuando el paciente tiene una condición llamada las “líneas Nefertiti”, líneas que suelen generarse en pacientes con cuello largo, que marcan mucho los músculos de esta zona. Este es un caso muy puntual y solo se realiza con recomendación médica.

¿Cuáles son los riesgos de aplicarse Botox?

Los efectos secundarios o riesgos son principalmente menores y poco comunes. Algunos de los efectos adversos del tratamiento es la aparición de pequeños morados por ser un tratamiento inyectado o que haya algo de dolor durante la aplicación, teniendo en cuenta que este tema es individual: hay personas a las que no le duele nada y otras que dicen sentirlo mucho.

Otro riesgo menor es que nos quede, por ejemplo, una ceja un poco más levantada que otra o que no se logre el efecto esperado en los 15 días después de aplicado el tratamiento. En Cliniq realizamos una revisión a los 15 o 20 días, precisamente para validar si quedó alguna imperfección que deba ser solucionada.

Otro efecto negativo, que es muy poco común, es la caída del párpado, en donde un ojo puede verse un poco más cerrado que el otro. Es un riesgo muy bajo, pero está reportado en la literatura y puede resolverse acelerando la reversión del efecto del Botox.

¿El Botox se puede aplicar en casa?

El Botox es un tratamiento médico, por lo tanto, se deben tener todos los conocimientos sobre anatomía y la función de cada músculo para saber tratarlos, qué se debe hacer de acuerdo con el efecto que se busca, y cuáles intervienen en cada movimiento de la expresión facial.

Además, por seguridad y compromiso con los pacientes, la marca Botox solo es distribuida a médicos y el tratamiento es entregado directamente a instituciones prestadoras de salud para prevenir que sea aplicado por personas no especializadas en lugares como peluquerías, gimnasios, spa, entre otros.

¿Cuántas unidades me debo aplicar?

Como ya lo hemos mencionado anteriormente, el Botox no depende de la edad sino de la gesticulación, y de esa misma gesticulación depende el número de unidades que nos debemos aplicar. Si gesticulo mucho me debo poner más o si mis músculos son muy débiles o frágiles me debo poner menos. Por eso es importante la evaluación médica.

Normalmente un tratamiento de Botox está entre 30, 40 o 50 unidades en las mujeres y algunos hombres pueden necesitar 60 o 70 unidades cuando tienen una contracción muscular muy fuerte. También depende de las zonas que se quieran tratar y del efecto que quiera lograrse en el paciente.

¿Cuál es la diferencia entre el Botox y el ácido hialurónico?

El Botox no es un relleno, mientras que el ácido hialurónico si lo es. Cuando lo que el paciente desea es dar volumen a ciertas zonas de su rostro, se debe aplicar un relleno. En el mercado existen muchos tipos, pero uno de los más usados y recomendados es el ácido hialurónico.